Signo de humildad
El Papa lava los pies a menores delincuentes
El Jueves Santo, el Papa Francisco lavó los pies a doce jóvenes -diez chicos y mujeres de diferentes edades y nacionalidades- en el centro de detención de menores Casal del Marmo, a las afueras de Roma. Uno de ellos era musulmán. Antes de lavarles los pies, Francisco celebró una misa con los jóvenes en presencia de un centenar de personas.
Se trata de la misma cárcel en la que lavó los pies a presos y presas el Jueves Santo de hace diez años, poco después de su elección como Papa. El Papa llegó al altar para la ceremonia en silla de ruedas. "Es tan hermoso ayudarse unos a otros, tender una mano. Son gestos humanos universales. Jesús quiere enseñarnos la nobleza del corazón con el gesto de lavar los pies", explicó el Santo Padre.
Francisco retoma la tradición
En años anteriores, el Papa ya había celebrado la misa del Jueves Santo en varias cárceles. La tradición se había suspendido en 2020 y 2021 debido a la pandemia, pero el año pasado el Papa volvió a lavar los pies a los presos de la cárcel de Civitavecchia, al norte de Roma. La misa del Jueves Santo conmemora la Última Cena de Jesús, durante la cual lavó los pies a sus doce apóstoles como signo de humildad y amor. Tradicionalmente, la liturgia del Jueves Santo se celebraba en la Basílica de Letrán, la actual iglesia papal romana. Los predecesores de Francisco solían lavar los pies a los clérigos que lo merecían.
En su primera Pascua, en 2013, Francisco rompió con la tradición al celebrar el servicio en un centro de detención de menores, excluyendo en gran medida a los medios de comunicación. En 2014, trasladó el rito a un centro para discapacitados. Entre otras cosas, lavó los pies a un discapacitado musulmán de Libia. En 2015, el Papa lavó los pies a los reclusos de la cárcel de Rebibbia, en Roma. El Jueves Santo de 2016, visitó un centro de refugiados. Lavó los pies a refugiados, entre ellos varios musulmanes.
Preludio a las celebraciones litúrgicas
Francisco celebró el jueves por la mañana la Misa Crismal en la Basílica de San Pedro con sacerdotes de la diócesis de Roma y de la Curia Vaticana. La Misa Crismal marca el inicio de las grandes celebraciones litúrgicas en torno a la Pascua. En la Misa Crismal se consagran los santos óleos utilizados para el bautismo, la confirmación, la unción de los enfermos y las ordenaciones. Al mismo tiempo, varios sacerdotes renovaron las promesas que habían hecho en su ordenación en la basílica de San Pedro.
Las celebraciones pascuales continuarán el viernes con la liturgia del Viernes Santo en el Vaticano y el Vía Crucis en el Coliseo. El Vía Crucis conmemora la Pasión de Jesús en 14 estaciones. Es una de las ceremonias más impresionantes del año eclesiástico romano. La Vigilia Pascual en la Basílica de San Pedro dura varias horas el sábado por la noche, seguida de la Misa de Pascua el Domingo de Resurrección con la posterior bendición "Urbi et orbi".
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