Resultado cuestionable
Putin tras las elecciones: “Demuestra la confianza de los rusos”
Tras unas elecciones presidenciales acompañadas de denuncias de manipulación, la comisión electoral rusa ha otorgado al líder del Kremlin, Vladímir Putin, un resultado récord de algo menos del 88% de los votos. Así lo anunció la comisaria electoral, Ella Pamfilova, el domingo por la noche, tras el recuento de casi una cuarta parte de las papeletas. Putin, de 71 años, ganó así más de diez puntos porcentuales en comparación con las elecciones de 2018. El propio Putin dio las gracias a sus compatriotas en una primera reacción.
"Somos un equipo unido, todos los ciudadanos rusos que acudieron a los colegios electorales y votaron", dijo Putin en un discurso a su equipo de campaña, retransmitido por la televisión estatal. Los resultados electorales demostraron la "confianza" de los rusos en su liderazgo. Al mismo tiempo, subrayó que quería hacer todo lo que estuviera en su mano para cumplir las tareas asignadas al liderazgo, según informó además la agencia estatal Tass.
Ahora Rusia podría ser más fuerte y eficaz. Él "consolidaría" la sociedad y entonces ya nadie oprimiría a Rusia, aseguró Putin. Estaba seguro de que se alcanzarían todos los objetivos. Refiriéndose a los acontecimientos en Ucrania, Putin dijo que las fuerzas armadas rusas progresaban día a día. No obstante, el ejército debe reforzarse.
Altísima participación electoral
El resultado se considera el mejor que se le ha otorgado nunca. La participación electoral también fue récord, con más del 74%. Fue la cifra más alta para unas elecciones presidenciales rusas. Sin embargo, los críticos señalaron que sólo se consiguió mediante la represión, la coacción y el fraude. Los primeros resultados significativos deberían estar disponibles este lunes. Por regla general, las previsiones coinciden con el resultado anunciado al final.
Los observadores han calificado la votación, que estuvo acompañada de protestas, de antidemocrática porque no se permitió presentarse a ningún candidato de la oposición genuina. Además, en Rusia no hay libertad de reunión y los medios de comunicación controlados por el Kremlin están sincronizados. Los medios de comunicación independientes son perseguidos políticamente. Los disidentes que critican la guerra de Putin contra Ucrania o el aparato de poder se arriesgan a penas que incluyen la cárcel.
Competidores como extras
Los tres competidores de Putin no sólo estaban todos en la línea del Kremlin, sino que desde el principio se consideró que no tenían ninguna posibilidad. Tras el cierre de los colegios electorales, el comunista Nikolai Kharitonov obtuvo menos del cuatro por ciento de los votos según los resultados iniciales; Vladislav Davankov, del partido liberal Nuevo Pueblo, también estuvo por debajo del cuatro por ciento; el ultranacionalista Leonid Sluzki logró alrededor del tres por ciento.
114 millones de personas estaban llamadas a votar, incluidas las de los territorios ocupados en Ucrania. Putin, de 71 años, lleva en el poder desde 1999, incluido un mandato como primer ministro. Tras una enmienda constitucional confirmada en 2020, Putin podría volver a presentarse para otros seis años en 2030. Dos años después del inicio de la guerra de agresión rusa contra Ucrania, Putin mantiene un firme control del país.
Es probable que el rumbo de Putin sea ahora aún más radical
Es probable que Putin presente el resultado como una confirmación de su rumbo antioccidental y autoritario. En el plano interno, también podría apretar aún más las tuercas del país para sofocar las protestas de los opositores a Putin que se hicieron visibles los tres días de las elecciones. También se han anunciado subidas de impuestos para financiar los elevados gastos de la guerra y los programas de política social.
También es probable que el líder del Kremlin, elegido ahora para otros seis años, utilice el resultado como un claro incentivo para arrebatar aún más territorio a Ucrania. Putin ha anunciado su intención de tomar por completo las regiones ucranianas de Luhansk, Donetsk, Kherson y Zaporizhia, parcialmente ocupadas hasta la fecha. Odessa, en el sur, también está amenazada por un intento de ocupación rusa.
Alto valor probablemente debido al fraude sistemático
En las partes ocupadas y en la península de Crimea, en el mar Negro, que Rusia se anexionó ya en 2014, la gente también votó en las elecciones, criticadas como una farsa por los opositores de Putin. Ucrania y otros países rechazan la votación, que se organizó violando el derecho internacional, por considerarla ilegal y carente de sentido. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Kiev pidió a la comunidad internacional que no reconociera los resultados.
Los observadores independientes apuntaron a un fraude sistemático detrás de este alto resultado a favor de Putin. Desde el primer día de votación, el viernes, se han documentado multitud de casos en los que, por ejemplo, se presionó a empleados de empresas estatales para que votaran y, en algunos casos, incluso tuvieron que hacer fotos de sus papeletas rellenadas. Los críticos también se quejaron de que el proceso en línea, en particular, era fácil de manipular. Los observadores también documentaron la introducción masiva de papeletas precargadas en las urnas.
Pocas esperanzas de cambio político
Además de un enfoque aún más brutal de la invasión de Ucrania, los expertos esperan que la represión aumente en Rusia. Ya no hay libertad de reunión ni libertad de información en los medios de comunicación, y los disidentes se enfrentan a penas de cárcel si critican la guerra o el aparato de poder. Pero, sobre todo, la oposición ha sido eliminada porque sus principales figuras se encuentran en campos de prisioneros o han huido al exilio en el extranjero. Las esperanzas de cambio político en Rusia se han desvanecido recientemente, incluso tras la muerte del opositor al Kremlin Alexei Navalny.
Esta falta de libertad en Rusia y la sincronización de los medios de comunicación controlados por el Kremlin se consideran la base más importante para que Putin defienda su poder. Sin embargo, la politóloga Tatyana Stanovaya prevé cada vez más problemas para que el Kremlin mantenga con firmeza las riendas del poder. Las posiciones de Putin están desequilibradas, los objetivos de la guerra no están claros y hay una notable interferencia en la vida privada, escribió Stanovaya en un análisis para el think tank Carnegie. "Todo esto creará inevitablemente presión sobre el régimen desde dentro", dijo, "Esto no significa que el régimen se derrumbe o que haya protestas masivas". Pero la influencia de las élites crecerá y la importancia de Putin disminuirá.
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